Friday, October 30, 2009

Kombucha

En el proceso de aprender sobre el estilo de vida de comidas vivas / crudas, empecé a experimentar hace poco con fermentar una bebida de Rusia, China y Ucrania llamada kombucha, que se prepara con te negro y con un scoby (acrónimo en inglés para symbiotic culture of bacteria and yeast, que se traduce como cultivo simbiótico de bacteria y levadura). Había probado kombucha comercial y me había gustado tanto el sabor que decidí ahorrarme los casi cuatro dólares por botella que cuesta y prepararla en casa.

Ahora soy un fanático declarado de la bebida, que es un tipo de champán de hongo. La bebida se prepara hirviendo agua (pura, o de manantial) con 1/3 taza de azúcar y 4-6 bolsitas de té. Requiere de té negro, pero no tiene que ser solo té negro: he mezclado este té con lavanda, con yerba mate y luego dos bolsitas de té negro con dos de té rojo sudafricano para variar el sabor.

Cuando el té está a temperatura ambiente, es echado en un recipiente de cristal cubierto con un paño (para que las moscas no entren) y el scoby, que es como un tipo de hongo que se alimenta de ese azúcar y té, fermentándolos durante siete o diez días. Alguna gente le echa un poco de vinagre a la mezcla. Luego de que fermenta, se embotella y se le da sabor: yo he embotellado kombucha con cerezas goji del Himalayas (otra supercomida rica en antioxidantes), con jugo de yerba en polvo, y suelo preparar una botella de blueberries (cerezas azules) con pasas.

Luego de dos o tres días en botella, la bebida adquiere una cualidad carbonada parecida a la de la soda o las bebidas carbonadas comerciales como Pepsi y Coca Cola, pero es natural y mucho mas saludable. Algunas personas que han estado adictas a bebidas como Dr Pepper han echado a un lado esa bebida con la ayuda de la kombucha.

La kombucha es riquísima en antioxidantes y vitamina B. Personas que han vivido con cáncer juran que han sido curadas al beber kombucha a diario, incluyendo al previo presidente Raegan. Además, es una bebida probiótica, es decir que contiene cultivos de bacterias saludables vivas que contribuyen a fortalecer la flora intestinal y a propagar las buenas bacterias en nuestros estómagos: estas son las bacterias que nos ayudan a digerir la comida.

Champán de hongo quizá no suene apetecedor, pero en realidad cada taza de cerveza o vino que hayamos bebido no se fermenta de un modo muy distinto a la kombucha, que no tiene alcohol y cuyos efectos desintoxicantes en el cuerpo la han hecho una bebida atesorada en los círculos de entusiastas de comidas vivas.